jueves, 8 de julio de 2010

Carl Rogers y La organización del Cuerpo

Hace poco más de dos años comencé diversas lecturas acerca del enfoque centrado en la persona de Carl Rogers y más recientemente sobre el enfoque Gestalt. Ambas terapias unidas contribuyen enormemente al crecimiento y desarrollo de las personas. Aunque la Gestalt tiene una visión más integral, donde relaciona las creencias o las disfuncionalidades de la personalidad con las restricciones corporales, no es propiamente una terapia corporal.

Sin duda la realización o la concientización de que el cuerpo es también parte del sí mismo, que las posturas, las tensiones, la restricción de movimientos autoimpuestos son parte de nuestros ajustes creativos que vamos incorporando a través del tiempo para fines de protección y seguridad.
Me encantó conocer todos los intentos de terapias que se han hecho para integrar una terapia holística que, hasta la fecha, no existe aún como una metodología seria basada en un marco teórico común, que relacione la parte psicológica con la psicológica del ser humano, como un todo.
No me agrada precisamente el hecho de que aún no se ha desarrollado la teoría necesaria que muestre claramente la correlación entre pensamientos y corporalidad. Aunque es conocida la existencia de las enfermedades sicosomáticas, aún en la medicina alópata, se siguen tratando órganos por separado y se ignoran las relaciones con el estrés y pensamientos negativos, en la mayoría de los casos.
Este tipo de posturas integrales proviene más bien de las terapias alternativas que, en la actualidad, no son tomadas muy en serio. Me gustaría ver mayores avances en este campo y contribuir en ello.

Estoy de acuerdo con que la persona debe tomar conciencia de sí misma como un todo, en la manera en que se refiere a su cuerpo como su yo, y no como una cosa por separado. También estoy de acuerdo en que las terapias de desarrollo humano no deben limitarse a las conversaciones intelectuales que aclaran la mente pero, que no des-rigidizan al cuerpo, como parte del todo y, como parte de un reflejo de las ideas también rígidas y posiblemente de creencias limitantes.
Más que ver dos terapeutas como actualmente muchas personas lo hacen. Toman Yoga por un lado y, en otra sesión, con un terapeuta distinto, toman psicoterapia. Yo prefiero ver la terapia como una sesión que integra ambas cosas al mismo tiempo. Es decir, mientras el paciente habla, que haga consciente su forma de cómo lo dice, cuál es su postura, cómo la cambiaría, promover la experimentación de nuevas formas de actuar.
El mensaje de estas lecturas es claro, en el sentido de que al tener conocimiento de la importancia del trabajo personal tanto psicológico como corporal de manera integrado como un todo, es responsabilidad individual hacerse consciente y promover este proceso de crecimiento.
Un líder que tiene mayor consciencia de sí mismo de manera integral, es decir, que es consciente de sus propios paradigmas, patrones mentales y también de sus hábitos corporales, ya sean, tensionados o desplegados hacia el contacto con el entorno, cuenta con mayores recursos personales para ser más congruente con sus fortalezas y vulnerabilidades, lo cual le posibilita para realizar una comunicación más humana, clara y asertiva en el proceso de influenciar e inspirar a su equipo.
La manera de aplicar este conocimiento en la vida cotidiana y en la vida laboral es por medio de despertar la conciencia, estando alerta, poniendo atención en este ser con todas sus partes de manera integral. Con sólo poner atención, con sólo aceptar el hecho de ser de una manera u otra en las diferentes esferas de ser persona, es un camino que abre la puerta a nuevas posibilidades.
El impacto que este conocimiento me genera es precisamente, despertar en mí un estado de mayor atención, de alerta, no sólo de mis procesos psicológicos , sino del conjunto. Incorporando el conocimiento de que mi, mí mismo, no son sólo mis pensamientos sino que el conjunto de ellos, con mi cuerpo, mis emociones, mis posturas, mis comportamientos, mi lenguaje.
El saber que el resultado de cómo me sostengo o no, cómo camino, con qué velocidad, postura, rudeza o suavidad lo hago. También el saber que esta manera de estar y de ser, está completamente interrelacionada con la manera en que percibo las situaciones, las personas, los eventos y, con ello con la manera de cómo me expreso, los términos que uso, las afirmaciones que hago, las reacciones que tengo. Y esto a su vez genera en mí, ciertas emocionalidades que, a su vez, se relacionan con mi somatización, mis enfermedades. Me impacta grandemente al darme cuenta de que, todo esto que soy, viene como resultado de la manera en que he elegido -a lo largo de mis experiencias de vida, de mi historia y creencias-, transformarme a veces adaptarme, a veces protegerme y algunas otras ocasiones para salir al exterior a proveerme de los satisfactores necesarios.
Este entendimiento me lleva a comprender que hay muchas cosas inconscientes que hago y que soy, de los que puedo y deseo hacerme conscientemente responsable y, transformarme al actualizar mi forma de pararme literalmente ante la vida y de interactuar con ella desde lo que integralmente estoy siendo aquí y ahora.